A estas alturas, cuando quisiéramos pensar que el liderazgo jurásico eran criaturas en vía de extinción, sale electo el Tyrannosaurus Trump. Pero aun así, los pesos y contrapesos en las democracias funcionales están presionando y hasta cierto punto controlando al dinosaurio de Donald. Y eso implica que aun el presidente de Estados Unidos, su familia y allegados también enfrentan el escrutinio y posibles investigaciones por actividades ilícitas o conflicto de intereses. Leer en
El Financiero
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