Fue patética la reacción del equipo del presidente ante las denuncias hechas en el artículo del New York Times, señalando que el gobierno federal estaría involucrado en el espionaje de periodistas y líderes sociales. También un ejemplo claro de que el instinto de supervivencia política no empuja ni al presidente, su gabinete o al mismo PRI, para tomar los pasos necesarios para dar la apariencia de ser un gobierno responsable. Leer en
El Financiero
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