Imagen: blogdesonia.com
Quizá el rostro del cambio
político en México no está en las instituciones y ni programas sociales, sino
en la “fuerzas básicas”; en la reserva de millones de personas - talento
infantil- formándose en el enorme sistema educativo nacional. Claro que todos
los esfuerzos por acrecentar el nivel académico, mejorar instalaciones,
capacitar maestros y crear ese círculo virtuoso para nuevas generaciones lleva
años con un simbólico “ruta en construcción” y con un “disculpe las carencias
que esto le ocasiona”. En un país donde se viven los extremos buenos y malos de
cualquier índice de desarrollo humano, las estrategias a implementarse son
radicalmente distintas entre Estados; más aún, dentro de una misma entidad
selecta existen escuelas urbanas de alto rendimiento y aquellas que viven con
grandes carencias materiales, que no quiere decir que deban eliminarse de toda
consideración y esfuerzo público y ciudadano. Leer más en Seguridad Nacional Hoy
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