TRASCENDIDOS
3 DE DICIEMBRE 2012
Apenas
van llegando pero Enrique Peña Nieto y su equipo ya sacaron la bola del parque
en tres ocasiones. Primero fue con la composición del gabinete, luego con las
13 acciones que emprenderá el nuevo gobierno y ayer con la firma del Pacto por
México. Y Es que se dice fácil pero en un país enfermo de polarización no es
sencillo sentar a la misma mesa al PRI, al PAN y al PRD, fijar 95 objetivos
concretos (no vaguedades) y ponerlo todo por escrito llevando como testigos a
los gobernadores, a los diputados y los senadores. No faltan los escépticos que
dicen con razón que aún está por verse que esos compromisos tomen forma en la
realidad y no queden en una de las tantas listas de buenos propósitos que
acostumbran a hacer los políticos mexicanos. Sin embargo, lo que no se puede
negar es que hay un trabajo político real, de negociar, ceder, acordar,
plantear y replantear que ya arrojó los primeros resultados.
Por
cierto que en la ceremonia en el Castillo de Chapultepec se vieron algunos
signos de los nuevos tiempos. Por ejemplo, resulta extraño ver al panista
Gustavo Madero lanzando elogios para el Presidente de la República de una
manera que no se le recuerda que lo haya hecho con Felipe Calderón. Y en el
caso de Jesús Zambrano no deja de ser curioso que se lleva más aplausos de
priistas y panistas... ¡que de los propios perredistas! Una de las grandes
sorpresas del gabinete peñista fue la inclusión de Manuel Mondragón y Kalb. De
hecho, dicen que el anuncio tomó por sorpresa a más de uno en el equipo de
Marcelo Ebrard. Tan es así que nunca se informó oficialmente de su salida como
jefe de la Policía capitalina. Pero lo que sólo unos cuantos conocen es que, en
buena medida, el contraalmirante Mondragón le debe la chamba al colombiano
Óscar Naranjo. Dicen que el asesor presidencial en materia de seguridad quedó
muy impresionado con el trabajo realizado en la Secretaría de Seguridad Pública
del DF, por lo que ahora tendrá en sus manos darle un nuevo rostro a la Policía
Federal.
Aunque
varios tricolores le prendieron su respectiva veladora a San Lázaro, todo
indica que el ganón será Francisco Arroyo. Según lo que se comenta en el
Palacio Legislativo, el priista será quien ocupe el lugar de Jesús Murillo
Karam como presidente de la Cámara de Diputados. Dado que el hidalguense se va
a la PGR y la presidencia de la Mesa Directiva le corresponde este año al PRI,
había dudas sobre quién sería el bueno y al final se impuso la experiencia
legislativa del guanajuatense.
Pocos
se dieron cuenta pero cuando Ricardo Monreal hablaba en la tribuna de San
Lázaro previo a la toma de posesión de Enrique Peña Nieto, un hilito de sangre
le cubrió la boca. Hubo quienes pensaron que se había mordido la lengua al
denunciar las transas de panistas y priistas, pero no fue así. En realidad al
coordinador parlamentario de Movimiento Ciudadano le ganó la vehemencia, pues
gesticuló con tanta intensidad durante su discurso que ¡se le abrió el labio! Por
suerte no fue nada grave y el zacatecano podrá seguir tomando el micrófono con
la enjundia que lo caracteriza.
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Que
en el entorno del presidente Enrique Peña Nieto se menciona como seguro
subsecretario de la Defensa al general de división Virgilio Daniel Méndez
Bazán, comandante de la Décima Región Militar, con sede en Mérida, Yucatán. Y
como nuevo oficial mayor al también divisionario Luis Arturo Oliver, jefe del
Estado Mayor de la Sedena.
Que
a quien le volvió el color a la piel fue al secretario de Gobernación, Miguel
Ángel Osorio Chong. Después de una semana llena de contratiempos, logró lo que
el jueves parecía imposible: la firma del Pacto por México. Y para su fortuna,
los discursos de los presidentes del PRD y PAN fueron como música celestial
para los oídos del presidente Peña Nieto.
Que,
por cierto, la organización de la firma del Pacto por México de Peña Nieto
puede sentar un precedente por su organización y proceder. Para empezar, se
guardó celosamente el diseño del acto en el Alcázar del Castillo de
Chapultepec. Y, además, para llegar ahí, legisladores, gobernadores y medios de
comunicación fueron trasladados desde el Campo Marte en camionetas rentadas. Parece
que así seguirá siendo.
Que
en San Lázaro aseguran que el proyecto de Presupuesto 2013 llegará
prácticamente “planchado”. Y es que el hoy secretario de Hacienda, Luis
Videgaray, se encargó de negociar anticipadamente con gobernadores y diputados
del PRI, del PAN y del PRD las reasignaciones que año con año atoran, lo que,
aseguran, ahora no ocurrirá. Y como que después de la firma del Pacto nadie
querrá ponerse remilgoso.
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En
varios medios responsabilizaron a Andrés López Obrador de la violencia en las
calles de la ciudad de México el sábado. Pero, dicen los que saben, los ojos
deberían de estar más enfocados en Marcelo Ebrard, jefe de gobierno del
Distrito Federal, quien ordenó discrecionalidad a su policía desde hace varios
días. O sea, que no se metieran ni en San Lázaro, donde rindió protesta como
presidente Enrique Peña Nieto, ni en Palacio Nacional, donde fue el acto
político. La policía capitalina sólo actuó a partir de que llegó la violencia a
Bellas Artes, porque le arruinaron su recién remodelación de La Alameda, que le
hizo hacer un berrinche y que lo llevó a reparar inmediatamente –algo que no
hizo con nada más destrozado en la ciudad- “mi Hemiciclo”, como llamó al
Hemiciclo de Juárez, que resultó damnificado.
Marcelo
Ebrard no es el político mejor ranqueado de las últimas semanas, y por los
resultados, quizás se encuentra en el pozo. Su sucesor a partir del miércoles,
Miguel Ángel Mancera, tomó distancia de él, que había ordenado días antes no
tocar a quien protestaran contra Enrique Peña Nieto, y desde el sábado en
Twitter dijo que no debería confundirse la libertad de manifestarse con la
violencia. Don Marcelo hizo lo contrario. Las acciones de los anarquistas que
atacaron con bombas Molotov, picos, palos y lacrimógenos a policía federales en
San Lázaro y Palacio Nacional, las llamó legítimas protestas, pero a ellos
mismos, cuando llegaron a La Alameda a destrozarla, los llamó vándalos que
atentaban contra la ciudad. Después porqué uno piensa que don Marcelo es un
doble cara que quiso sabotear la toma de posesión presidencial.
La
violencia en las calles del Centro Histórico de la ciudad de México, tolerada
durante casi tres horas por el jefe de gobierno Marcelo Ebrard, estuvo a punto
de producir la primera baja del gabinete. Viajaban en una camioneta hacia
Palacio Nacional dos secretarios de Estado, José Antonio Meade y Enrique
Martínez, en compañía del senador Ernesto Cordero y el diputado José González
Morfín, cuando sobre Pino Suárez los apedrearon. Una roca, por el tamaño del
proyectil, destruyó la ventana donde iba Martínez, que para su fortuna contuvo
el impacto y no pasó de ser un enorme susto.
Una
vez que el presidente Enrique Peña Nieto arrancó su administración, desde este
lunes comenzarán a nombrar a subsecretarios y al gabinete ampliado. Dicen los
que saben que será el momento en los cuales se observará la composición de
fuerzas en el nuevo gobierno entre quienes serán los supersecretarios, Miguel
Ángel Osorio Chong y Luis Videgaray, donde sus propuestas en los segundos
niveles de la administración reflejará el balance o la predominancia de alguno
de ellos sobre el otro. Por lo pronto, el show se lo ha llevado Osorio Chong.
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Quienes
charlaron, entre carcajadas y apretones de mano en el Alcázar del Castillo de
Chapultepec, fueron el Jefe de Gobierno Electo, Miguel Ángel Mancera, y el
subsecretario de Planeación y Protección Institucional del gobierno federal,
Manuel Mondragón. Durante diez minutos, antes de la firma del Pacto por México,
platicaron muy en corto y se desearon éxito en sus próximos encargos. ¿Cómo es
que se dice? Ah, sí: ¡Enhorabuena!
Con
el pie derecho, y como “un gran comienzo”, calificaron los colaboradores más
cercanos del presidente Enrique Peña, la concreción de la firma del Pacto por
México. Ayer se les vio contentos a todos en esa ceremonia: los panistas
bromeaban con los priistas, los perredistas compartían transporte al salir con
los del verde y así, pura luna de miel.
Para
el senador perredista Miguel Barbosa no hay delito que sancione el vandalismo
de los manifestantes el día de la toma de protesta de Enrique Peña, porque “los
jóvenes” ejercieron su “libre expresión” y pueden “disfrutar de sus Derechos
Humanos como más les convenga”.
Tranquilidad
es lo que percibieron políticos como Emilio Gamboa, jefe de la bancada del PRI
en el Senado, tras atestiguar la firma del Pacto por México. No es para menos,
entre más clara y tersa sea la negociación parlamentaria, más fácil se podrán
cumplir los compromisos de hacer las leyes que permitan a México salir mucho
más rápido de problemas como la pobreza y la inseguridad.
La
secretaria de Salud, Mercedes Juan López, se estrenará atendiendo a más de 47
organizaciones de la sociedad civil que demandan la discusión de un impuesto a
los refrescos azucarados, cuyo consumo relacionan con la obesidad y la
diabetes. Y vaya que en México son dos de los asuntos de salud que más
preocupan. ¡Vamos! Somos el segundo lugar mundial en obesidad y séptimo en
diabetes.
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Firmar
pactos es una de las pocas operaciones políticas en las que no hay perdedores. Ya
se vio: todos lo que firman, ganan. Los que no lo hacen, pierden. Durante las
campañas políticas lo que procede es que
los partidos se contrasten, pero hay tiempos en los que están obligados a
buscar coincidencias. No es difícil encontrarlas, cualquier mexicano bien
nacido quiere lo mejor para el país. ¿Quién puede estar, por ejemplo, en contra
de fomentar el crecimiento y el empleo, o combatir la corrupción? Tratar de
alcanzar estas metas no es un desdoro para nadie. Al contrario.
Sumarse a una buena causa mejora
la imagen pública de quien lo hace.
A
Jesús Zambrano le esperan días
difíciles. No por firmar el pacto, que quede claro, sino porque al interior de
su partido, el PRD, hay una lucha por el poder. Hay grupos que anhelan
desplazar de la dirigencia
nacional a la corriente a la que pertenece Zambrano. Ahí está la gente
de Bejarano y Padierna, por ejemplo. Lo que está en juego es el perfil del PRD
para el futuro. Tiene dos opciones: consolidarse como una izquierda
responsable, o convertirse en paleros de
Morena. “No le apostamos al desastre del país”, dijo Zambrano y la gente le
aplaudió de pie. Los que sí le apuestan al desastre, están furiosos con él.
La
jerarquía católica respaldó, sin pensarlo,
el argumento de Zambrano. En el editorial del semanario Desde la Fe,
asevera que “ningún buen mexicano le debe apostar al fracaso del nuevo
gobierno”. La sociedad está abrumada por la
violencia y la pobreza. Esperar tiempos mejores es una reacción
natural, humana. Sólo mentes retorcidas
aspiran a que caigamos más bajo… ¡para sacar raja política! Esperar lo mejor
para el país no significa sumarse a un
partido político adversario, supone dar buenas cuentas a sus propios militantes.
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Jesús
Zambrano, dirigente nacional del PRD, reconoció que ninguna fuerza política
puede, por sí sola, sacar adelante al país, por lo que vale la pena tomar de
frente el riesgo y escuchar a las organizaciones de la sociedad. Al fijar la
postura de su partido en la firma del Pacto por México, dijo categórico que el
PRD está decidido a ser una izquierda responsable; no le apuesta al desastre.
“No podemos aceptar la violencia y mucho menos avalarla”. Claves en esta
determinación fueron los gobernadores Ángel Aguirre (Guerrero); Gabino Cué
(Oaxaca); Graco Ramírez (Morelos); Arturo Núñez (electo de Tabasco) y, sobre
todo, Miguel Ángel Mancera, jefe de Gobierno electo del DF, quien promovió el
acuerdo entre los mandatarios surgidos del PRD. De altura política.
Marcelo
Ebrard, el mismo que fue un fantasma mientras la ciudad que gobierna se hundía
en un caos el sábado, está cada vez más alejado no sólo de los ciudadanos, sino
del PRD. Obviamente, ya está más cerca de Morena y de su jefe, Andrés Manuel
López Obrador. “Nunca habíamos tenido en la Ciudad de México una provocación de
este tamaño”, dijo Ebrard. Y tampoco una policía que lo tolerara, ¿verdad? No
se trataba de condenar la violencia, se trataba de evitarla y, dado el caso,
contenerla. Se trataba de actuar y no lo hizo. ¿Será que lo ocurrido el día uno
fue un mensaje de los radicales a Miguel Ángel Mancera, quien el miércoles
asumirá la Jefatura del Gobierno del DF?
Manuel
Mondragón, subsecretario de Planeación y Protección Institucional de la
Secretaría de Seguridad Pública, consideró que los hechos violentos registrados
el sábado en el Distrito Federal fueron “un atentado dirigido no sólo contra
las personas sino contra las instituciones nacionales. Es un atentado contra
todo, contra la ciudad, contra la gente, contra los establecimientos, contra
todo”, advirtió. “Esta es una situación totalmente dirigida, ¡por Dios santo!,
dirigida”. El diagnóstico es certero. Irán por los responsables.
Será
en las próximas horas cuando el presidente Enrique Peña Nieto dé a conocer los
nombramientos de su gabinete ampliado. Es claro que la decisión se pospuso,
para no quitarle reflectores al acuerdo político alcanzado entre el gobierno y
las principales fuerzas políticas, pero también es cierto que la decisión no
puede esperar más. El Seguro Social y el ISSSTE, por ejemplo, están sin titular
desde el primer minuto del sábado. Hoy habrá reunión matutina. El gobierno
tiene prisa. El país no puede esperar.
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