Secretaría del Interior y Maquiavelo
Hace algunos años publiqué el
“Manual de Liderazgo para no ser un Líder Jurásico” (Aguilar 2009) www.liderazgomoderno.com y
quisiera retomar algunos conceptos ante las propuestas de
reestructuración a la administración pública hechas por el presidente
electo Enrique Peña Nieto.Ante la debilidad política que ha tenido la Secretaría de Gobernación con el PAN, y ante la falta de coordinación en la estrategia de seguridad, no sorprende la decisión de tratar crear una Secretaría del Interior que sería un “monstruo” burocrático que tendría que integrar asuntos de derechos humanos, migración, religiosos, normatividad de medios y protección civil con personas que tienen una cultura burocrática tan disímil como los organismos de inteligencia, policiaca, prisiones y prevención del delito. Unificar el brazo político con el brazo de seguridad en una misma institución va en contra de todas las tendencias democráticas. Pero también debemos reconocer que esta reestructuración es un mensaje contundente de que el Estado está dispuesto a usar la fuerza. Esperemos sea en contra de los malvados y no de la oposición. Pero cuando una institución tiene tanto poder ¿no será demasiada la tentación?
El Príncipe de Maquiavelo ha sido estudiado, criticado, analizado y adaptado a las realidades y a los retos enfrentados por gobernantes a través de los siglos. Pero debe de entenderse que también a través de los años surgen nuevas versiones, interpretaciones o críticas a la teoría de Maquiavelo. Una de ellas es un maravilloso libro de Ian Demack, El Maquiavelo moderno, los 7 principios del poder en los negocios. Demack relata la historia de un joven que pretende descubrir el secreto del éxito y la obtención del poder y en él su búsqueda se topa con las teorías maquiavélicas, a través de un hombre de poder a quien considera el Maquiavelo moderno. El autor aplica las teorías maquiavélicas y redacta los siete principios del poder:
1. Confíe en que la gente actuará de acuerdo a sus propios intereses. Si hay algo en común entre los seres humanos y más entre los que buscan el poder, es que no se puede confiar en ninguno; cada quien tendrá su ambición personal, que será la que mueva sus decisiones.
2. Todos tenemos delirios. Todos tenemos ideas falsas respecto a nosotros mismos como hacia los demás. Sin esos delirios el ser humano simplemente no puede funcionar.
3. El poder debe ser desafiado: Una vez adquirido, el poder deberá ejercerse porque conlleva responsabilidad y la gente desafiará el poder dependiendo de sus intereses y del grado de delirio.
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