FUE CONFUSIÓN EL CASO DE TRES MARÍAS
Mucho
tuvo que ver el hallazgo, el jueves de la semana pasada, de las últimas piezas
del caso Tres Marías, y el subsecuente cruce de información entre las
autoridades y gobiernos implicados, en el magnífico ánimo que mostraron antier
el embajador de Estados Unidos en México, Anthony Wayne; el secretario de
Seguridad Pública, Genaro García Luna, y en especial el presidente Felipe
Calderón, durante la inauguración del nuevo penal federal en Sonora. Dos
misteriosas camionetas particulares que fueron fotografiadas en la escena donde
quedó la de placas diplomáticas que fue balaceada, y que, desde la mañana del
explosivo incidente, no aparecían, están ya en manos de la Procuraduría General
de la República, así como otros tres agentes de la Policía Federal, uno de los
cuales, el de mayor rango, cometió la estupidez de entregar uniformados a la
PGR a los 12 que se encuentran arraigados, cuando en realidad iban vestidos de
civil y con la sola chamarra de la PF. Ni “emboscada” ni “operativo de
sicarios” ni “crimen organizado” ni el refrito que hizo el martes la agencia AP
de una volada sin fuentes en La Jornada sobre supuestas ligas de los federales
con los Beltrán Leyva, pero sí, cuando menos, inaudito uso excesivo de la
fuerza. La averiguación previa de la PGR incluye ahora la información obtenida
por la Unidad de Asuntos Internos de la Policía Federal, y declararon ya
ministerialmente nuevos agentes implicados en el incidente, entre éstos una
mujer. Asimismo, cuenta ya con los testimonios de otras personas que tuvieron
conocimiento de los hechos. Con las nuevas evidencias, la PGR confirma que los
policías no forman parte de ninguna organización criminal, y que no fueron 12
sino 13 los que participaron en la persecución y balaceo a la camioneta;
también que el porta placas del vehículo les impidió ver su condición de
diplomático y que, por ser azules, como las del estado de Morelos, supusieron
que se trataba de un transporte local. Asimismo, queda claro que los federales
de la Estación Tlalpan, DF, como se dio a conocer en estas páginas una semana
después del suceso, en cumplimiento de su deber, se afanaban en un operativo de
localización de los secuestradores del director de Protocolo del Instituto
Nacional de Antropología, Salvador Vidal Pérez Flores.
Con
información de Milenio
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