Les quiero contar la historia de Arlette Carreño, colega periodista, y víctima de un ataque sexual: “Yo llegaba de casa de mis padres junto con una amiga a mi departamento, y de pronto veo a un hombre que está parado ahí y está haciendo cosas que debería hacer en la intimidad. Lo más práctico para mí fue ignorarlo y decirle sabes qué -lárgate de la entrada de mi departamento”.
Según Arlette ella ingresa a su apartamento y se acuesta. La despierta su perro ladrando y de repente ese mismo hombre, el que vio en la entrada de su edificio, estaba arriba de ella.
Entrevisté a Arlette para mi programa de televisión Seguridad Total: “¿Qué fue lo que hice en ese momento? Bueno, evidentemente mi reacción no sé si fue natural o si fue trabajada por la experiencia o por la cultura que he tenido desde pequeña que son las artes marciales”. A pesar del miedo que la apresaba, Arlette tomó una decisión: Golpear a su agresor en la cara con el puño cerrado.
Desafortunadamente agresiones de este tipo son muy comunes en México. Y ahora que estamos a días de celebrar el Día Internacional de la Mujer, es un buen momento para alzar la voz y recordar que la violencia contra la mujer no cesa en nuestro País. Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en México el 70% de las mujeres aseguran sufrir violencia por parte de su pareja. Según el Inegi, en uno de cada tres hogares del área metropolitana se registra algún tipo de violencia.
Al escuchar la historia de Arlette, podemos señalar factores específicos que le dio una ventaja comparativa para sobrevivir la agresión. ¿Qué podemos aprender de ella? En primer lugar Arlette tenía la determinación e instinto de sobrevivencia. Si uno le agrega el hecho de que tenía algunos conocimientos de defensa personal y artes marciales, esta combinación le permitió reaccionar inicialmente al ataque. Pero esto no fue suficiente. Click here.
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