Dos terceras partes del territorio nacional son áridas y semiáridas, es decir, zonas en donde llueve poco, y el 67% de la lluvia se presenta en tan sólo cuatro meses, de junio a septiembre, lo que dificulta su aprovechamiento dado su carácter torrencial en la mayoría de los casos.
El crecimiento de las regiones del país no ha sido congruente con la disponibilidad de agua; de hecho, el 77% de la población vive en las zonas centro y norte del territorio, donde se genera solo el 32% del escurrimiento natural ocasionado por la lluvia.
En contraste, en la zona sureste se genera el 68% del escurrimiento y en ella habita tan solo el 23% de la población.
La escasez del recurso, su distribución desfavorable, el desperdicio y la progresiva contaminación, han propiciado que en algunas zonas las fuentes superficiales de abastecimiento sean insuficientes y que existan acuíferos sobreexplotados (aquellos en que la extracción de agua es mayor que su recarga); de hecho, el 50% del agua subterránea aprovechada en el país proviene de acuíferos bajo esta condición.
Otro problema importante es el relativo a la consolidación del uso eficiente del agua. En el riego se aprovecha entre el 35 y 50% del agua suministrada y en las ciudades las eficiencias en la distribución del agua oscilan entre el 50 y 70%.
Una parte importante de la población desconoce que para recibir el agua que requiere, se tiene que operar, mantener y ampliar una infraestructura que es compleja y costosa.
El crecimiento de las regiones del país no ha sido congruente con la disponibilidad de agua; de hecho, el 77% de la población vive en las zonas centro y norte del territorio, donde se genera solo el 32% del escurrimiento natural ocasionado por la lluvia.
En contraste, en la zona sureste se genera el 68% del escurrimiento y en ella habita tan solo el 23% de la población.
La escasez del recurso, su distribución desfavorable, el desperdicio y la progresiva contaminación, han propiciado que en algunas zonas las fuentes superficiales de abastecimiento sean insuficientes y que existan acuíferos sobreexplotados (aquellos en que la extracción de agua es mayor que su recarga); de hecho, el 50% del agua subterránea aprovechada en el país proviene de acuíferos bajo esta condición.
Otro problema importante es el relativo a la consolidación del uso eficiente del agua. En el riego se aprovecha entre el 35 y 50% del agua suministrada y en las ciudades las eficiencias en la distribución del agua oscilan entre el 50 y 70%.
Una parte importante de la población desconoce que para recibir el agua que requiere, se tiene que operar, mantener y ampliar una infraestructura que es compleja y costosa.
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