Los expertos en una nueva rama de la administración que se denomina "Administración de Crisis", detallan una serie de etapas que se deben de cuidar en la atención de cualquier situación crítica: Buscar entender la situación que se presenta lo mejor posible, pero también lo más rápido que se pueda, entre más se tarde en responder, mayor la incertidumbre y el daño que se tendrá que enfrentar. Tomar decisiones para enfrentar el problema e implementarlas rápidamente. Comunicar efectivamente, evitando voces discordantes y buscando apoyos de otros actores. Precisar los motivos de la crisis y cómo se les hará frente. Comunicar constantemente lo que está pasando y el avance en su atención o cuándo la crisis ha terminado. Uno de las grandes características de un líder, según uno de los gurús del tema de liderazgo en Harvard Ronald Heifetz, "reside en la capacidad de dar noticias inquietantes y plantear cuestiones difíciles de una manera que las personas las puedan asimilar". Las personas que detentan un cargo público tienen la responsabilidad de salvaguardar los intereses de los ciudadanos que los eligieron, en especial ante situaciones de crisis. Un aspecto fundamental del papel del gobernante en una crisis, es dar confianza y tener la credibilidad necesaria para asegurar a una población que este asustada o desesperada de que él (o ella) tiene control sobre la situación y que buscará resolver la crisis. Aquí los medios de comunicación juegan un papel importante en cualquier tipo de crisis, hacerle llegar información a la población afectada. Hay lecciones históricas que aprender de líderes que tuvieron que enfrentar crisis que ponían en jaque la misma existencia de su gobierno y país, algunas de ellas se detallan en el libro Comandante Supremo, de Eliot A. Cohen. Entre las características que Cohen identificó como esenciales para que los líderes superaran las crisis nacionales se encuentra la capacidad de saber rodearse de extraordinarios asesores. Estos líderes sabían a quiénes "seleccionar, promover, contener y a quiénes reemplazar". Yo traduzco estas recomendaciones más coloquialmente: escoger, crecer, detener y correr. Cohen también subraya el instinto para reconocer que sus asesores y expertos también se equivocaban, en parte porque no comprendían o no conocían el contexto del entorno político. Por eso es fundamental que el líder moderno no sea rehén de los expertos. Ante lo que se ve venir, el Presidente y sus asesores simple y llanamente no pueden cometer ningún error. El impacto en el país sería devastador. Por ejemplo no puede el Presidente permitir la falta de cooperación y coordinación en su gabinete de seguridad y económico. Intereses políticos por parte de sus asesores tendrán que posponerse. El presidente tendrá que dramáticamente incrementar su capacidad de convocatoria y buscar acercamientos con más actores políticos y sociales. El enfrentar una crisis es una de las pruebas más difíciles para todo gobernante, pero es una prueba que no puede fallar, por el costo que implica para la población y la nación.
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