El Enemigo en Casa... Blog en ElUniversal.com.mx

No se cuál habrá sido la experiencia de los cientos de miles de ciudadanos que participaron este sábado pasado en “Iluminemos México”, en algún punto de las 32 entidades del país y muchas otras partes del mundo, donde se llevó acabo esta marcha en contra de la inseguridad que vivimos todos los mexicanos, pero yo quiero compartir con ustedes mis impresiones.

Tuve la oportunidad de estar transmitiendo en vivo, con el resto del equipo de Proyecto 40, desde el Zócalo capitalino. Probablemente tuve una de los mejores puntos para observar la marcha, desde la terraza de uno de los hoteles en el perímetro de la plaza principal de la Capital del país. Fue impresionante ver como en menos de dos horas, a pesar de la fuerte lluvia que había caído, el Zócalo rápidamente se iba cubriendo de blanco, ya que miles y miles de personas, vestidos de blanco iban entrando a la plancha del Zócalo, exigiendo “un México libre” y “si no pueden, que renuncien”. Al anochecer prendían sus veladoras. A las 8:30, como se había acordado, miles y miles entonaron el himno nacional, la plaza se oscureció al apagarse las luces del Palacio Nacional y del Edificio del Ayuntamiento, sede del Gobierno del Distrito Federal. Las campanas de la Catedral empezaron a repicar, haciendo eco a las consignas de hartazgo en una plaza iluminada solamente por las miles y miles de velas. Cada punto de luz era de una persona que venía con un reclamo: le robaron su auto, clonaron su tarjeta de crédito o fue víctima de un asalto, un hijo secuestrado, o un hermano asesinado. Similares escenas se vivieron en todo el país. Solo puedo describir esta experiencia como conmovedora y al mismo tiempo alentadora. Para continuar hacer click aquí